Con Alejandro Suárez me une no sólo una amistad desde hace ya bastantes años, sino ante todo un respeto y un cariño personal muy profundos, más que por su éxito (que tiene mucho, y se merece eso y más), por cómo es y por su enorme simpatía (y empatía).
Hace poco lanzó su nuevo libro "¡Sí, puedes!", un texto que reúne consejos, experiencias y mil anécdotas que intentan impulsarnos en esta dura época de crisis y de, en cierta forma, pérdida de rumbos que estamos viviendo. La semana pasada me encontré con la sorpresa de que había tenido la gentileza de enviármelo, y además añadir en él una bonita dedicatoria que evidencia, una vez más, lo gran persona que es. Y es que es muy fácil, cuando estás arriba, olvidarte de los que tienes a tu alrededor, de los que en algún momento estuvieron contigo o de quienes no somos más que unos "contadores de historias" minúsculos como yo. Pero afortunadamente Alejandro no es de esas personas. Aparte de ser un gran escritor, es un hombre cercano y de gran calado. No es extraño que haya sido considerado una de las personas más influyentes dentro de la esfera de los negocios y de Internet en España, y es, además, un gran cortertulio.
Aunque ya lo he hecho personalmente, quiero agradecerle públicamente ese estupendo detalle que ha tenido.